Puntos
básicos necesarios para desarrollar el Aprendizaje Basado en Problemas (ABP) en
la asignatura de Historia.
El aprendizaje basado en
problemas (ABP) es uno de los métodos que permite combinar la adquisición de
conocimientos con el aprendizaje de competencias. En el trabajo ABP en la
asignatura de historia, los estudiantes adquieren conocimientos al tiempo que
aprenden de forma progresivamente independiente, aunque como es natural,
guiados por un tutor y un plantel de profesores; aprenden a identificar
objetivos de aprendizaje, gestionar su tiempo de forma eficaz, qué aspectos del
problema ignoran o necesitan explorar con más profundidad, a investigar por su
cuenta, dirigiendo su propio aprendizaje.
La metodología ABP es una
colección de problemas cuidadosamente construidos que presentan un reto y cuya
tarea de los estudiantes es producir explicaciones tentativas.
Los objetivos de la ABP en
historia son:
1)
Estructurar el conocimiento
2)
Desarrollar procesos eficaces de razonamiento
3)
Desarrollar destrezas de aprendizaje
autodirigido
4)
Motivación para el aprendizaje
5)
Desarrollar la capacidad para trabajar en
grupo con los compañeros.
La metodología del
Aprendizaje Basado en Problemas requiere de los siguientes pasos:
1.
El Problema: Objeto de análisis y resolución.
Reconstrucción a partir de casos reales que se derivan de la investigación
histórica.
2.
Identificación de necesidades de aprendizaje:
Los alumnos señalan los objetivos contenidos que pretenden abordar, comprender
y/ o aprender.
a) Análisis
del problema (causas, consecuencias, agentes implicados).
b) Estudio
de conceptos.
c) Información
relevante sobre el tema.
d) Estudio
del periodo histórico.
e) Análisis
del tema desde el punto de vista histórico, basándose en fuentes históricas
necesarias para comprender el problema.
3.
Búsqueda de información: Proceso para la
solución del caso, uso de medios para la búsqueda de información, bibliografía,
revistas profesionales, trabajos de expertos.
4.
Reparto de responsabilidades y acciones a
realizar en la solución didáctica del problema.
5.
Evaluación: Tomando en cuenta todo el proceso
y en cada fase, se recoge información del funcionamiento de los grupos.
a) Fase
de Inicio: En ella se describen los parámetros de identificación del caso, de
la situación histórica y se plantea la cuestión didáctica y/ o curricular.
b) Fase
de conceptualización: Se intenta responder a los objetivos de la asignatura,
mediante la utilización de conceptos claves en el ámbito de la historiografía.
c) Fase
del diseño: Los estudiantes logran señalar los objetivos y contenidos que
pretenden abordar, comprender y aprender. Planificación del trabajo del grupo,
responsabilidades, aportaciones, intervenciones.
d) Fase
de desarrollo: En cada grupo un miembro recoge por escrito las aportaciones,
cuestiones, dudas y sugerencias.
e) Fase
de resolución del caso-problema.
Relación
que puede fomentarse entre la escuela de los Annales, el método ABP y el
trabajo colaborativo en su práctica docente en la disciplina histórica.
Dentro de la evolución que experimenta la historiografía
en las primeras décadas del siglo XX, y tras el trauma moral e intelectual que
supuso la Primera Guerra Mundial de 1914-1918, tuvo lugar el nacimiento de la
influyente revista histórica francesa que habría de aglutinar a la llamada
“Escuela de Annales”. Lucien Febvre (1878-1956) y Marc Bloch (1886-1944)
fundaron en 1929 Annales d’historie économique et sociale. Su propósito
original era ofrecer una alternativa a la práctica historiográfica dominante, superando
el estrecho enfoque político, diplomático y militar a favor de la apertura de
otros campos de investigación y aplicando en ellos los avances metodológicos
ofrecidos por la Sociología, la Demografía, las disciplinas geográficas, la
Lingüística, la Arqueología o la Economía. El ensanchamiento del campo
histórico se fundamentaba sobre la superación del concepto de “documento”
rankiano (el texto escrito).
La renovación historiográfica asociada con la escuela de
Annales se basó, esencialmente, en la enorme ampliación de los campos de
trabajo y en la utilización de métodos de investigación tomados de otras
disciplinas (el análisis sociológico y demográfico, el trabajo de campo
geográfico y etnológico, la Estadística, el estructuralismo lingüístico, la Arqueología,
el método comparativo). Dicha ampliación se hizo sobre la base del rechazo de
temas políticos en beneficio de estudios de Historia económica y social.
Influenciados por el desarrollo de la Psicología social y
la Antropología estructural, una parte de los historiadores de Annales se lanzó
al estudio del nivel inconsciente de las prácticas sociales y las
representaciones colectivas. Así, el privilegio de la Historia económica y
social fue cediendo paso a una Historia de las mentalidades. Los medievalistas
Georges Duby y Jacques Le Goff o el modernista Michel Vovelle se revelaron como
maestros consumados en este campo y subrayaron la relación dialéctica entre el
ámbito cultural y los otros ámbitos humanos. Pero a su lado proliferaron los
estudios de Historia de la cultura popular y las mentalidades “en migajas”.
Esta corriente, así y todo, también mantuvo férreamente el rechazo a la
dimensión política que sigue siendo el rasgo definitorio de la revista Annales.
Por lo tanto, la escuela de los Annales, está relacionada estrechamente
con el método ABP de Aprendizaje Basado en Problemas, ya que ambos buscan una
enseñanza de la historia no de manera aislada sino en conjunto con otros
ámbitos: culturales, geográficos, políticos y económicos. Para ello se requiere
en todo momento del trabajo colaborativo de profesores y estudiantes que
permitan generar cambios en la metodología de la Historia.
Es por ello que en la búsqueda de la enseñanza es muy importante la
interacción en el salón de clases, de tal manera que los alumnos manifiesten
todas sus ideas acertadas o erradas acerca de los temas de trabajo, esto genera
que el alumno reflexione de forma colectiva e individual para generar
argumentos a favor o en contra de alguna propuesta; además de proponer soluciones
a los problemas esto ayudará a trabajar en forma grupal e individual siempre
manteniendo el respeto a las ideas y sugerencias. Es decir la interacción que
se da alumno-alumno-docente es fundamental ya que facilita la construcción del
conocimiento científico y fomenta el uso del lenguaje como una herramienta
necesaria para expresar ideas.
Como menciona Mario Carretero: la enseñanza de la historia no se
vertebra ya en torno a los personajes, fechas y los eventos significativos del
pasado. Por el contrario, se pretende que los estudiantes comprendan los
procesos de cambio en el tiempo histórico y su influencia en el momento
presente, es decir, que aprendan a pensar históricamente. Se trata de una
importante dimensión que enfatiza los aspectos cognitivos y disciplinares de la
enseñanza de la historia, que tiene como objetivo que los estudiantes adquieran
los conocimientos y actitudes necesarios para comprender la realidad del mundo
en que viven, las experiencias colectivas pasadas y presentes, así como el
espacio en que se desarrolla la vida en sociedad.
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